Monthly Archives

enero 2015

Lobos en off: una gran versión de August Strindberg

Por | Compañía, Dirección Juan Carlos Corazza, Medios | No Comments

Crítica de Nuria Ruiz de Viñaspre en Culturamas.

EL HIJO.-Se deben disimular los defectos y flaquezas del prójimo, sí, es cierto, pero si damos un paso más caemos en la hipocresía y en la adulación.. Es difícil saber cómo comportarse.. pero a veces es un deber decir la verdad sin paliativos..
GERDA.-Calla
EL HIJO.-Bien. Me callo. Pausa.
GERDA: -Es mejor que sigas hablando, pero no de eso. El silencio me hace oír lo que piensas… Cuando la gente se reúne, entonces todos hablan, hablan sin parar únicamente para ocultar sus pensamientos para olvidar, para ensordecerse. Quieren oír novedades sobre los demás, sí, pero al mismo tiempo ocultar sus propias preocupaciones.
EL HIJO.-Pobre Gerda
GERDA.-¿Sabes lo que más daño hace? Pausa. El comprobar la futilidad de la suprema felicidad .
(…)
EL HIJO (a su madre): ¡Mírame, pelícano ¡Mira a Gerda, con su pecho esquelético…!

Es curioso cómo en el libro de Strindberg, El Pelícano, se siente con claridad meridiana cómo se fragua la tragedia, cómo línea a línea, párrafo a párrafo se huele la tragedia familiar. Es como si una gran bola cayendo desde muy arriba fuera haciéndose más y más grande hasta llegar a aplastar cuanto encuentra a su paso. Macrófaga bola la boca humana cuando dice….
Curioso que en el teatro una sintiera exactamente eso, cómo músculo a músculo iba fraguándose la tragedia… Fidelidad al texto del dramaturgo sueco y una interpretación enorme para que esto que digo se dé en el escenario como en el papel leído.

Debito-y-Credito

Fíjense en esta imagen. Es todo un cuadro pictórico. Escultórico incluso. Parece que están todos muertos por dentro. Es el cuadro de Hambre, locura y genio (un espectáculo de Teatro de la Reunión dirigido por  Juan Carlos Corazza). Un cuadro que bien podría encontrarse en el salón de cualquier casa. El ser humano comiéndose a sí mismo. Es una imagen sobria, llena de claroscuros, como el hombre, es hasta bella, porque hay algo que hace bella la tragedia. Mentes claras, diáfanas y sanas, al frente; oscuras, malévolas y hambrientas al fondo de ese frente. De esa frente. Dentro de ese cuadro la fragua y dentro de la fragua el drama. Ahí, en un estrecho habitáculo que es un salón con cheslong, se irá desanidando la psique de cada uno de los personajes, en esa cheslong se tumbará cada una de esas frentes, digo mentes, confrontándose las unas con las otras. Leer más